- Los negocios de la calle Tornerías denuncian la falta de planificación, cuestionan por qué las obras no se iniciaron en temporada baja de turismo y critican el caos que estas generan, situación que mantiene a varios comercios al borde del cierre mientras el Ayuntamiento permanece en silencio.
La calle Tornerías vive un auténtico despropósito. Comerciantes, vecinos y vecinas denuncian que las obras han convertido el día a día en un calvario: no hay fases claras, no se garantiza la apertura de los negocios y nadie explica qué pasará con la última parte de la calle, la más cercana a la plaza de la Magdalena, que amenaza con quedar a medias.
Además, cuestionan por qué las obras no se iniciaron en temporada baja de turismo, señalando que el verano concentra la mayor afluencia de visitantes y que cualquier actuación en estas fechas golpea de lleno su actividad económica, precisamente en el momento en que más dependen de la clientela para sostener el resto del año. Las y los comerciantes insisten en que esta decisión demuestra una total falta de sensibilidad hacia quienes intentan mantener vivos sus negocios en un contexto ya de por sí complicado.
“Lo que estamos viendo es una chapuza monumental, parece que van a dejar Tornerías partida en dos, con una parte acondicionada y otra abandonada. ¿Cuál es el motivo? ¿Qué ocurre con la última fase? Exigimos explicaciones inmediatas”, ha declarado la concejala socialista Laura Villacañas.
La edil denuncia que el Gobierno local “ha dejado en la estacada a las y los comerciantes”, que se sienten desprotegidos y sin información alguna, afirmando que “no sabemos los plazos, no sabemos las fases, no sabemos si se va a arreglar toda la calle o se va a dejar a medio terminar. La gente está desesperada, porque sus negocios corren peligro mientras el alcalde prefiere estar entretenido en China”.
Los comerciantes, que lamentan no haber recibido ni una sola visita de responsables municipales durante el desarrollo de las obras, aseguran sentirse en el abandono más absoluto. Denuncian que la falta de planificación y de comunicación ha provocado una caída en la actividad económica y que, de no actuar con urgencia, muchos negocios no resistirán.
Villacañas remarca que la situación es insostenible, ya que “esto no es solo una obra mal gestionada: es un desprecio a la vecindad. Una calle histórica no puede quedar dividida, ni los negocios ni la vecindad pueden ser los que paguen la factura de la incompetencia municipal”.
Mientras tanto, el alcalde permanece en China, lejos de los problemas reales de la ciudad. Y Tornerías sigue esperando respuestas.
Audio de la concejala socialista Laura Villacañas
Imágenes de la calle Tornerías